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Entrevista Ramón Rey

Ramón Rey: «2022 va a ser un año de mucho trabajo»

Ramón habla de las perspectivas del año que empieza con el entusiasmo que le es propio. Con todo tiene claro que la pandemia está dejando consecuencias en el sector y es consciente de los retos que eso supondrá en los próximos meses. De todos modos su visión es más que positiva.

¿Qué nos espera en el sector de la construcción y las reformas en el año 2022?

Yo creo que el año próximo viene con expectativas de mucho trabajo. Esto tiene una contrapartida: en función del proyecto que se nos encargue habrá una serie de complicaciones, tanto a nivel de disponibilidad de recursos como de sus costes. Por ejemplo, nos hemos encontrado con retrasos de hasta tres meses por falta de suministro. La dificultad radica más en hacerle entender al cliente que este tipo de retrasos pueden suceder que en la propia ejecución del proyecto. Una buena comunicación es fundamental para hacer entender el actual contexto y modular las expectativas.

¿La cuestión de los suministros está siendo entonces un gran reto?

Claramente. Te pongo un ejemplo, este año los costes de la madera han subido un 130%. Hay mucha volatilidad en los precios, lo que puede modificar los costes de un proyecto de manera importante. Gestionar esta situación nos requiere habilidad para buscar la mejor solución para el cliente sin incrementarle costes; buscar materiales alternativos, por ejemplo. La pandemia supuso una parada en seco para la mayoría de sectores, afectando a almacenamiento de materia prima, recursos humanos y otros elementos que no han estado del todo engrasados a la hora de volver a arrancar, de ahí el cuello de botella que estamos padeciendo.

¿Cuánto tardará en estabilizarse la situación?

No lo tengo claro. Quizás a mediados del 2022 pero insisto en que no lo tengo claro.

¿Habéis notado el éxodo urbano que tanto se ha comentado en los medios? ¿La gente demanda más casas que pisos?

Creo que hay un poco de todo. Sí que hay perfiles que están respondiendo a esa tendencia: parejas jóvenes con hijos. Esta gente busca la típica casa alejada del centro, amplia y con jardín, precisamente para tener un espacio idóneo para el desarrollo familiar. Por otra banda, también nos encontramos con gente joven, sin hijos, que busca hacer una reforma en su piso para convertirlo en algo abierto y diáfano. Antes en un piso de 60m² tenías un tabique para prácticamente separar cada estancia. Hoy se busca todo lo contrario. Tan solo separamos baño y habitaciones y el resto queda abierto. También hemos detectado perfiles más senior que hacen el camino contrario. En lugar de afrontar la reforma de una casa antigua, muy dividida con tabiques como hemos comentado, se van a un piso que reúna estas características de amplitud y espacios abiertos.

¿Qué estilos están de moda? ¿Está habiendo cambios?

En todo lo que estamos haciendo nosotros hay, no sé si llamarlo así, minimalismo. Más bien nos gusta orientar al cliente hacia el «menos es más». Evidentemente se respetan los gustos del cliente, pero tendemos a buscar la integración de todos los elementos, buscamos los blancos, intentamos ganar luz, líneas rectas y también está, por supuesto, la dimensión estética. Por ejemplo, en una vivienda con ese concepto abierto buscamos que el mueble que actúa como barrera entre la cocina y el salón sea, además de funcional, bonito. La idea es que el cliente se siente en el sofá, mire su cocina y diga: «¡guau, qué bonita es mi casa!».

La demanda ahora mismo está entre nórdico e industrial. Por ejemplo, en oficinas. Recientemente hemos realizado un proyecto de oficinas en una antigua fábrica y, con las correspondientes adaptaciones -hemos detectado una vuelta a la sectorización de los puestos, seguramente causada por la pandemia- se busca mantener ese aire previo de fábrica.

¿Los clientes lo tienen claro a la hora de elegir estilo?

Por supuesto. El Pinterest ha hecho mucho daño. ¡hehehehe! Esto es una broma lógicamente, pero responde a una realidad. Muchos clientes utilizan las imágenes de esta red social como inspiración y nos piden que su casa se parezca a eso. A partir de ahí entra nuestro trabajo de asesoría, para poder encajar la idea del cliente con el presupuesto. También hacemos una especie de briefing del estilo de vida del cliente: ¿Qué horarios tienes? ¿Desayunas en casa? ¿Comes en casa? ¿Cocinas? Todas estas preguntas nos ayudan a adaptar el proyecto al estilo de vida del cliente, lo que también hará que el presupuesto sea lo más ajustado posible.

¿Qué materiales se están imponiendo?

Trabajamos con gamas medias que permitan a la mayoría de clientes alcanzar su diseño y estilo ideales a costes asequibles. En madera, por ejemplo, tienes infinidad de melaminas que te dan aspectos muy logrados a un precio muy competitivo.

¿Existe preocupación por la sostenibilidad en el cliente?

Es un porcentaje todavía pequeño pero creciente. En cliente empresarial y público se nota más gracias a exigencias legislativas y de certificación de materiales y de procesos. En el cliente particular, en su mayoría, todavía no es un factor crítico pero como he dicho, vamos evolucionando.

Arquitectura pasiva: ¿cuáles son sus principales ventajas?

La comodidad dentro y los ahorros a nivel energético. La principal barrera es la inversión inicial -sobre todo en clientes jóvenes- y un peso de lo tradicional -en el cliente senior-. Al cliente le cuesta pensar a largo plazo. Lo que es una realidad es que este tipo de casas tiene una serie de prestaciones a nivel de ventilación, regulación térmica y consumo muy interesantes.

¿Y qué hay del Feng Shui?

Es buscar la mejor orientación y distribución -tanto de la vivienda, como de las estancias, como de los muebles- para garantizar el máximo bienestar de las personas. Tiene buena aceptación, no por recurrir al concepto, si no por explicarlo. Cuando le cuentas a la gente los porqués de la colocación una ventana en un lugar para optimizar la iluminación y el consumo eléctrico o la realización de una distribución de una manera determinada para generar más espacio, encuentras un feedback positivo por su parte.

¿Es Galicia sitio distinto en cuanto al tipo de proyectos que se demandan?

No sabría qué decir. Puede ser que sí haya un factor cultural, muy determinado por el peso del rural y por la edad. Pero obviamente somos una sociedad integrada en una cultura global y todo el mundo es sensible a las tendencias y a la evolución del sector. Se nota mucho una mejora en cuanto a lo que se ha denominado como «feísmo» o esa cultura del «ti vai facendo». Los impulsos a nivel legislativo y la propia conciencia del cliente, con nuestra asesoría, han impulsado una nueva cultura donde el aspecto exterior de la vivienda tiene gran importancia. Es una buena noticia.

Proyectos en el horizonte…. Pues todo tipo de proyectos para particulares: parcelas individuales, pareadas y sobre todo reformas en pisos. Buscan abrir espacios y más iluminación. La gente tuvo tiempo de darle una vuelta a su casa durante la pandemia. Las perspectivas en construcción también son buenas. En general creemos que 2022 va a ser un buen año.




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